“El humo termino
por invadir mis pulmones que apenas podían tomar aire, sentí el arder en cada
parte del cuerpo, piel y músculos reduciéndose
a ceniza y mi voz que no podía escucharse, pero que pedía por ayuda de manera
desesperada, sin respuesta, solo el sonido del fuego limpiando todo lo que
encontraba a su paso. La calma llego tras una última lagrima que rasgo mi
mejilla, entonces todo ese ardor desapareció y el frio termino por darme la
paz.”
La noche era
oscura y se prestaba para terminar un último pendiente que había tomado más
tiempo del indicado, quizá por pereza, quizá por que la caridad nunca fue lo
suyo, quizá frustración al pensar que al fin había encontrado “una solución” varias
noches dentro de los dos últimos años. Dentro de él se generaba una extraña
mescla de sentimientos, sentía un poco de rabia, pero también estaba lleno de
impaciencia y expectativas, quizá incluso se encontraba feliz, pero no sabía si
realmente esa era la manera correcta de llamarlo, suspiro y miró fijamente ante
aquel cristal que contenía la mayor parte de sus noches desde hace dos años, un
gasto innecesario de recursos y la posibilidad de al igual que otros, su actuar
fuera irrespetuoso y desagradecido, tras un momento imaginando la decepción,
una sonrisa de lo más natural y sincera se reflejó en su rostro “¿Acaso no da
igual amigo mío?” después de todo, aquel que da la vida, es quien tiene el
derecho de quitarla. Estiro apenas y un poco su brazo y presiono el botón que
una semana a tras había colocado con tanto entusiasmo, aquel botón tenia
escrito sobre si “TERMINADO”, apenas separo su dedo del tablero se escuchó un
ruido aturdidor, una vibración incomoda y el sonido del agua cayendo de golpe
sobre el metal, y el sonido seco de un cuerpo cayendo una vez más hacia el frio
que le daría un poco de paz.
- Buenas noches –
esa voz tan pacifica, que parecía marcar la continuidad del tiempo - ¿Puedo
ofrecerte una bata? Considero que será más cómodo para ti – el cristal se abrió
de par en par y perdió aquel color verde que había mantenido durante días para
volverse transparente de nuevo.
- ¿Está todo
bien? – respondió desde el piso mientras intentaba ponerse en pie entre el
rastro del agua de la capsula y la debilidad de sus piernas que hacia demasiado
no se ponían por si solas en pie.
- Esa debería ser
mi pregunta – acerco con cautela la bata hasta que ella pudo sentirla rosar su
espalda - ¿Está todo bien? – miro con algo de superioridad a su acompañante
- Claro, todo está
bien – sus rodillas le hicieron una mala jugada, termino por resbalar un poco antes
de dar la vuelta y poder tomar la bata – Gracias – el tener sobre sus manos la
tela le hizo sonreír sin ningún motivo aparente.
- Te vez bien –
presto especial atención al ver como rápidamente se adaptó y logro ponerse de
pie, esta vez sin tambalear - espero que te sientas cómoda con mi trabajo – extendió
su mano le sujeto para que pudiera bajar con un pequeño salto de la capsula
- Gracias por
todo – con toda la confianza que podía cargar en su ser sujeto la mano de la
persona más amable que había conocido – Realmente te lo agradezco – una vez
sobre el piso de cerámica lejos del metal, tomo un momento para mirar con
cuidado, dirigió la mirada hacia arriba, era mucho más alto, más grande y poderoso.
- habrá tiempo
para agradecer, pero ahora me gustaría que pudieras acompañarme y hacer unas
pequeñas pruebas, solo para asegurarnos de que todo valla realmente bien – soltó
su mano y se dio la vuelta, camino lento por un segundo, pero arrecio el paso
al sentir tras de él siguiéndole, suaves pisadas.
- ¿Este lugar es
siempre frió? – intentaba seguir con toda atención los pasos de su guía en busca de comportarse
de manera perfecta.
- En esta época del
año más que en otras temporadas, es el final del invierno y el metal siempre es
frió, pero eso es algo que tú sabes ¿No es así? – de reojo confirmo la
presencia tras de él y al llegar a la zona donde investigaba un poco de biología,
sostuvo la puerta y ofreció el paso
- Si, se siente
un poco extraño, pero es confortable – entro al cuarto y camino directamente
hasta la camilla que se encontraba debajo de una lámpara blanca que iluminaba
la sabana, movió el banco que estaba a su derecha a lado de una estantería repleta
de frascos, polvos y recipientes de vidrio y le puso frente a la camilla.
- Gracias – se sentó
sobre el banco y con ayuda de un estetoscopio comenzó la revisión, primero se aseguró
que el motivo de que estuviese viva fuera un corazón, después tomo de cerca un termómetro
y efectivamente la temperatura era correcta, reviso con una lámpara que estaba
en su bolsillo aquellos ojos tan profundos, con ayuda de una aguja y sangre de
un color carmín muy extraño supo que no había problema alguno con los
componentes de su sangre, ni tenía ninguna especie de enfermedad - Te noto
incomoda – no despego sus ojos del monitor que mostraba la composición de la
sangre dando una última mirada para evitar alguna sorpresa
- no estoy
incomoda, es solo que desde hace un buen rato me pregunto cuál será tu nombre, y
si podre pasar aquí la que queda de la noche – bajo la mirada sintiendo vergüenza
de aquellas preguntas tan apresuradas
- Mi nombre es
Ivo Robotnik, pero en este lugar todos acostumbras ah decirme Doctor Eggman,
algunos otros simplemente Profesor, todo depende de que tanta suerte has tenido
al enfrentarte a mí – camino hasta su escritorio y comenzó a remover entre los
cajones – Si buscas una manera de referirte a mí considero que Profesor estaría
bien tomando en cuenta que llevas escasas 2 horas de conocerme, después tu podrás
elegir – formo una pila de papeles sobre el escritorio, folders, una carpeta y mucho papel – y claro
que puedes pasar aquí la noche, no querrás congelarte allá fuera, quizá incluso
tu espalda pueda doler por el metal si te expones al frio – sujeto todos
aquellos papeles y una especie de pantalla sin botones y sin una función aparente
- Gracias
Profesor – sus ojos miraron curiosos al ver como Eggman se acercaba hasta ella
con todos aquellos papeles – S-se que estoy abusando de su generosidad – bajo de
la cama al ver que el hombre se dirigía hasta la salida, y camino de prisa para
poder abrir la puerta
- ¿En qué puedo
ayudarte? Sígueme te llevare a tu habitación, tu salud es perfecta y has
reaccionado mejor de lo que esperaba, mañana evaluaremos la parte cognitiva – nuevamente
se encontraban en los pasillos de la base central del Profesor Ivo, enormes
paredes rodeabas de metal y el piso tan frio y tan blanco que podían apreciar
su reflejo al caminar
- ¿Tú tienes
idea de cómo me llamo? – sus ojos no se apartaban del reflejo que aparecía en
el piso, contemplo sus orejas y se movió un poco más de lo necesario para
asegurarse de que realmente era ella
- lamento mucho
no poder ayudarte con eso, supuse desde un principio que perderías muchos de
tus recuerdos – acomodo los documentos que cargaba para evitar que estos se cayeran
mientras dejaba su mano derecha libre - la parte derecha de tu cerebro sufrió mucho
daño, ahí está alojada la memoria a largo plazo y era obvio que las cosas se pondrían
complicadas si trataba de usar “piezas dañadas” – hurgo en su bolsillo en busca
de algo que pudiera ayudarle
- No se
preocupe, y-yo de alguna manera puedo entender – suspiro un poco decepcionada
pero ciertamente más tranquila
- Yo espero que poco a poco tus recuerdos
regresen, no estarás en blanco por siempre, dentro de tu cerebro tienes buena información
que te ayudara a recordar quien eres, pero será complicado si no estimulas a
tus neuronas para que traten de recrear las conexiones que te lleven a tus
recuerdos – ambos detuvieron el paso tras haber bajado al menos un piso hasta
una zona aparentemente más segura que el pasado laboratorio, pues había cámaras
en el techo y un par de drones en el área.
- Si, ya me era
extraño tener demasiadas cosas conocidas en mi mente y sentir que muchas más debo
aprender – miro la puerta que se encontraba frente a ella - ¿Esta es mi habitación?
– nuevamente pregunto tratando de no ser cansada para el profesor
- Es correcto –
deslizo la tarjeta que había sacado de su bolsillo – de hecho tienes una tarea
importante, hablando del saber – ambos entraron en la habitación y sobre una
mesa de madera dejo todos aquellos papeles
- ¿Qué debo
hacer? – se sentó sobre la cama mientras admiraba el lugar que más que un
laboratorio oh una sala de armas, parecía un lugar reconfortante
- Tomaras tu
primera decisión importante en tu segunda vida – toco un par de botones
ubicados justo por encima del apagador de la lámpara de cama – Esto que está aquí
es todo lo que tengo sobre ti, desde el día en que te encontré en Hopecare island
hasta esta tarde cuando termine de calibrar tu sistema nervioso – fijo la mirada
en la mestiza que tenía delante
- Esta bien, voy
a leer todo lo que pidas – estiro su mano tomo uno de todos los papeles que
estaban apilados - ¿Tienen una cronología profesor? – reviso la fecha en el
papel
- Si, desde el
día 1 hasta el día 738, todos, incluso puedes ver algunos videos de como
fabrique el tejido que utilice para regenerar tu pierna y la mayor parte de tu
cola – aquello lo dijo de una manera tan despreocupada, como si para el fuera
cosa de nada - el cómo coloque la placa
de metal sobre tu espalda, fotos, grabaciones, una bitácora en audio y una
pequeña investigación sobre quien eras antes de morir, oh bueno, quien supongo
que eras, podrás darte cuenta que no era muy fácil reconocerte - observo como los ojos de la joven despreciaban
ver aquellas imágenes de su cuerpo sin vida y en tan mal estado
- ¿No me conocías?
– pregunto con una voz quebrada ah punto de llorar
- no, en
absoluto – respondió con tranquilidad
- ¿Tu lo
hiciste? – mostro la foto que sostenía entre sus manos
- Claro que no,
si no te conocía ¿Para qué querría herirte? – su sonrisa regreso a su rostro.
- Durante dos
años te dedicas a ayudarme e hiciste todo esto – miro sus manos detalladamente
y movió levente sus pies - por mí… ¿Sin conocerme? – aquella mirada
cristalizada por las lágrimas miraba a Robotnik como si fuera el mayor tesoro
del mundo
- Me parecías
valiente, no necesitaba conocerte – suspiro y levanto los lentes que siempre cubrían
sus ojos para dar por terminado su plan – Lograste sorprenderme – inclino
levemente su cuerpo en busca de demostrar respeto
- ¿Cuál es la decisión
que debo tomar? – dejo salir todas las lágrimas que se habían acumulado
mientras su corazón latía contagiándose del odio
- ¿Vas a ser
leal al imperio Robotnik? – termino por erguirse y miro con determinación a la
joven pantera que tenía frente a él.
- Lo soy –
limpio el pelaje de su cara que se
encontraba mojado por las lágrimas - no hay nadie en quien puedas confiar más
que en mi Ivo – respiro con fuerza y ofreció una sonrisa llena de agradecimiento
- Pie derecho,
empiezas con una buena decisión tu nueva vida - dejo sobre la mesa la tarjeta que había usado
para entrar en la habitación - bienvenida pequeña Sakura, la tarjeta es tuya y
esta guarida ahora es tu hogar – camino hacia la puerta de la habitación - descansa,
mañana hay mucho que explicarte y tienes un pesado entrenamiento por delante – abrió
la puerta y regreso la mirada a la joven
- Mañana a primera
hora estaré preparada - miro el reloj
que estaba añadido a la cabecera de su cama - ¿Es importante lo que tienes
preparada para mí? – apenas y Eggman alcanzo a escuchar lo que había dicho,
pues había sido prácticamente un susurro
- ¡Por supuesto!
– elevo las manos emocionado - ¡vas a ayudarme a eliminar una asquerosa plaga
azul de este planeta! – grito mientras cerraba la puerta dejándole sola y lista
para servir al imperio Robotnik con toda la devoción y lealtad que tenía para
ofrecer.